Crítica de Juego del destino (Baht Oyunu): El primer amor no es para siempre
La conciencia del tiempo es importante a la hora de crear o adaptar una historia. Por eso, quizás, las historias mexicanas se han hundido en el último lustro. No han podido reinventar a sus 'gatas' ni a sus 'Marias'.
Simplemente, han hecho remakes con actores "nuevos", pero los personajes siguen teniendo las mismas motivaciones e ilusiones de hace cincuenta años.
Baht Oyunu o "Juego del destino" como se puede ver por Kanal D Drama Latinoamérica, es una cenicientil historia que habla de lo más universal: el amor.
Pero no cualquier amor, sino el primer amor. La idea es que la protagonista tienen un lazo familiar como tradición - o maldición, para el caso-, y es que cree que el primer amor es el predestinado y para toda su vida.
Al igual que con Dulce Venganza o Hayat, la historia turca usa elementos de cuento para crear personajes, pero reformula algunos detalles básicos para que la historia no quede en algo decorativo.
Aun así, no tiene la fuerza del guion brasileño de Totalmente Diva ni su autoconciencia. Es más comedia romántica y por eso se le perdona la idea del matrimonio entre la protagonista y su novio de la universidad, cuyas intenciones para amarrarse no son las más románticas. Busca darle el giro a la premisa, pero a la vez es cliché. Dos personajes protagonistas que se confunden en personalidades y en la primera situación en la que se conocen. Aunque hay que reconocer que esta vez no hubo choques "casuales".
Quizás su lado más negativo se encuentra en su principal arma: la premisa.
Y es que las decepciones, sean cuentos o no, son pan de cada día en las telenovelas. Igual, vale el intento de enamorarse, aunque sea a la segunda vez.
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