Amor prohibido (2008): una crítica al culebrón familiar turco por excelencia
Ahora que ATV anda reciclando novelas turcas de éxito, luego de que las mexicanas se le fueran en dos años, ha sido el turno de la segunda novela de Beren Saat en transmitirse en el Perú en su momento.
Amor prohibido (Aşk-ı Memnu) lleva a Beren Saat a interpretar un rol totalmente opuesto a como la conocimos en Fatmagul. Aquí ella es la manzana de la discordia entre un núcleo familiar de clase alta (cliché) y la tentación entre dos amores, uno viejo y otro joven, que, para poner más pimienta y sal, son tío y sobrino. Además de tener su propio duelo actoral con su madre en la ficción (la que debe ser la villana más recordada de las novelas turcas vistas en el Perú).
La intriga turca no fue un ¡Boom!, como Las mil y una noches, ni tampoco tuvo la repercusión social de ¿Qué culpa tiene Fatmagul? Quizás el maquillaje hizo parecer a Bihter una oportunista más al propio estilo de Rubí o Teresa. Aunque la mejor comparación sería La Intrusa. Una historia que, al igual que la mexicana, trata más de poner en aprietos a los personajes secundarios que ver sufrir a la protagonista.
A pesar de ello, no ha habido una segunda Amor prohibido en pantalla venida de Turquía. Todas las novelas posteriores han sido de distintos tonos. Unas mejores que otras, pero ninguna ha retratado el culebrón dentro de una familia ni las fracturas por culpa de una trepadora. Y no creo que no haya habido émulos en su país de origen.
Finalmente, si bien la novela consolida a Beren Saat como una estrella turca de la televisión y actriz con más de un registro histriónico, lamentablemente, ya no la hemos vuelto a ver en pantalla con algo más actual. Aunque los fans seguramente habrán seguido sus historias posteriores como El regalo o La Sultana. Mientras tanto, al humilde público de la televisión en abierto solo le queda conformarse con la repetición.
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